Friedrich Nietzsche. Filósofo y filólogo. autor de: Así habló Zaratustra |
NIETZSCHE y el DIOS muerto en GALOPE MUERTO de Pablo Neruda
(por fernando reyes franzani).
(Un autor dedica sus escritos a quien quiere: Dedico éste a Ruth Ana López Calderón. Poeta de Bolivia, nacida en Sucre, que vive en Santa Cruz de la Sierra).
Desde el artículo, en este mismo blog: <GALOPE MUERTO de Pablo Neruda: ¿Contiene un dios muerto en su interior?> ya sabemos que es posible pescar un Dios muerto desde el océano que es ‘Galope muerto’.
Y aquello es posible porque “…como mares poblándose en la sumergida lentitud…” también pobló de un soneto muerto al poema base estructural de “Residencia en la tierra”.
Entonces desde el interior de ‘Galope muerto’, podemos sacar ese Dios muerto, extraerlo, darlo a luz. Bueno: eso ya se hizo en el artículo mencionado.
Venía de, después de hacer un análisis palabra por palabra, verso por verso, estrofa por estrofa del poema, elucidar en detalle la base sonora del poema en sus campanadas: <como cenizas, como mares…” <es que de dónde, por dónde, en qué orilla…>, y sus sonidos sibilantes y anillosos de cenizas, ciruelas, y todos los reflexivos usados, y plurales usados, cuando noté lo de los gerundios que terminaban muchos en el reflexivo “se”, agregando a esa base sonora de sonidos como serpientes cambiando sus pieles.
Entonces por casualidad los conté. 14 gerundios! Al parecer algo había detrás de ellos. Eso ya lo saben.
Ningún analista literario, académico o aficionado, había afirmado nunca, que yo sepa, que al interior del poema ‘Galope muerto’, poema fundamental de elucidar primero para el adecuado entendimiento de “Residencia en la Tierra”, radicaba, vivía, o acechaba, un dios muerto, real o simbólico. Pero aquello ya se ha no solo afirmado, se lo ha probado:
Ese artículo citado decía:
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‘Galope Muerto’ fue publicado por primera vez en 1926. Para ese año los preciosismos de la escuela modernista con sus cisnes blancos, sus sonetos, sus exquisitas versificaciones métrica y rimas ya eran cosa del pasado lejano. Al soneto cisne ya se le había torcido el cuello: ya era un dios muerto.
Como todo dios, resucitaría más adelante: pero aquello no nos interesa.
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Y en el artículo se mostró cómo pescar ese soneto muerto desde su interior.
Se reúnen todos los gerundios, los 14, aprobados o no por Amado Alonso, se los dispone, agregando el abracadabra de espacialización:
poblando
teniendopesando
haciendo
rodando
existiendomezclando
deteniendo
saliendo
cantandolistando
extendiendo
estirandosolicitando
Y allí tienen un soneto muerto: un dios muerto pescado desde el océano que es ‘Galope muerto’. Allí asoma la cabeza de un viejo dios.
Ese artículo terminaba con las siguientes palabras:
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Dos cuartetos dos tercetos en ABAB ABAB BAA BAA.
Pero sólo son las palabras ocultas de la rima. UN SONETO MUERTO.No debiera pasar desapercibido, a un lector o analista atento, que allí además se encuentra un homenaje implícito y sutil a Don Alonso de Ercilla y Zúñiga.
¿Hay algo más?
Sí, pero, por ahora, lo guardaremos para la próxima entrega.Nota: ‘Galope Muerto’ está rebosante de sorpresas como ésta.
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En los artículos sucesivos de este blog ya se han revelado muchas de esas cosas.
Ahora es el turno de profundizar en ese Dios muerto. La cabeza de ese dios viejo que asoma cuando sacamos las redes.
De paso, alguien comentó el artículo y reveló una particularidad de Pablo Neruda que yo desconocía:
Quote:
...además forma parte de la obra Nerudiana: En mi época de juventud frecuenté mucho a miembros del Club de la Bota, aún conservo esa preciosa amistad con Sara, pero recuerdo que Carlos León, escritor porteño de genio, nos dijo un día que Pablo muchas veces re escribía un poema debido a que la primera "versión" le salía cómica o lo hacía reír, y que luego modificaba el texto, o introducía signos secretos en un poema que quedarían como claves para el futuro, de los arqueólogos: y hablo del Club de la Bota ya que allí introdujo muchas de sus claves secretas y de su inmenso humor; de modo que no me extraña que toda su eufonía de músico de palabras las haya armado con gerundios...
Unquote
Que Pablo Neruda cifraba en clave en sus poemas mensajes, para tal vez entretenimiento de los “arqueólogos” literarios.
Gracias a Francisco Viñuela sé ahora de este hecho. Quedo agradecido de Francisco Viñuela, quien además es sobrino de Doña Alma Errante. Mi afecto por ella se hace extensivo a Francisco, su sobrino.
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¿Por qué ese Dios muerto en Galope muerto, sumergido allí, oculto allí, además que, de modo cierto, satisfaciendo la ludicidad de el joven Pablo Neruda?
El lector atento ya lo ha adivinado: Debido a NIETZSCHE.
Se trata de un homenaje a Nietzsche realizado por el joven Neruda. De una conversación íntima con Nietzsche. De decirle a Nietzsche, yo también soy discípulo de Zaratustra, del Zaratustra poeta.
Decirle yo soy un buen discípulo de Zaratustra, no uno de esos que no sabe ocuparse del ardor de los sonidos, que no sabe poner sus mejores pensamientos en sus poemas, y donde si entras en sus mares poco profundos siempre pescas algún Dios muerto.
Y ‘Galope muerto’ entonces contiene una base sonora extremadamente bien elaborada, sutil y bella; contiene toda la visión de mundo del joven Neruda; y contiene un dios muerto que por medio de la ironía y la sorna, aprueba a Zaratustra, y le enfatiza que en ‘Galope muerto’, no habrá ningún Dios muerto…que el hablante residenciario es ateo, materialista y anarquista, y hasta está en contra de esas poetizaciones bonitillas y superficiales de los poetas dedicados a la hermosura y las componendas. Pero deja allí un soneto muerto para que asome su cabeza...
Aquí citaremos a Friedrich Nietzsche desde “Así habló Zaratustra”: SEGUNDA PARTE, De los poetas, página 171, Ediciones Orbis S.A., Editorial >Origen, S.A. 1982, ISBN: 84-7530-041-3. Traducción de J.C. García Borrón.
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Zaratustra:
Hastiado estoy de los poetas, de los viejos y de los nuevos: superficiales me parecen todos, y mares poco profundos. No han pensado con bastante profundidad: por eso su sentimiento se sumergió hasta llegar al fondo.
Un poco de voluptuosidad y otro poco de aburrimiento: ni la mejor de sus reflexiones ha pasado por ahí.
Sus arpegios me parecen sólo un soplo, una huida de fantasmas. ¡Qué han sabido ellos del ardor de los sonidos!
Tampoco son los bastante limpios para mí: todos enturbian sus aguas, para que parezcan profundas.
Gústales el papel de conciliadores: en mi opinión no son sino gente de términos medios y de componendas, enredadores, gente sucia.
¡Ay, yo lancé ciertamente mi red en sus mares, y quise pescar buenos peces, mas siempre saqué la cabeza de algún viejo dios!
Lo que así suministró el mar al hambriento fue solo una piedra. Y ellos, los poetas, proceden sin duda del mar.
Cierto es que a veces hay en ellos perlas: tanto más se asemejan a duros crustáceos. A menudo encontré en ellos, en lugar de alma, légamo salado.
Tomaron también del mar su vanidad. ¿No es acaso el mar el más vanidoso de los pavos reales?
Incluso ante el más feo de los búfalos abre el mar el abanico de su cola, y nunca se cansa de mostrar sus encajes de plata y seda.
El búfalo lo contempla ceñudo, pues su alma prefiere la arena, y más todavía la espesura de los matorrales, y más que toda otra cosa la ciénaga. ¡Qué le importa a él la belleza, y el mar, y los atavíos del pavo real!
Esa es la parábola que dedico a los poetas.
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Enorme el caso que Zaratustra levanta contra los poetas.
Desde el Zaratustra, Neruda, extrajo la estética que rige ‘Galope muerto’ y toda la “Residencia en la tierra”. Por Nietzsche, Neruda, dejó un soneto muerto asomando la cabeza para alguien que de verdad decidiera entrar a echar las redes en los mares profundos de su poema, y no se quedara en la mera superficie.
Allí tienen ustedes otra textualidad de contenido que 'Galope muerto' recibe desde el "Así habló Zaratustra".
Y Neruda nunca dijo nada. Inmenso. Enorme Neruda.
Esta textualidad la encontré cuando comencé a rastrear el libro de Nietzsche página por página, pues, por casualidad había tropezado con la primera, y no salía del asombro. Pensé: si existe esa gigante en un momento clave, tiene que haber otras. Otras? Decenas!
En la próxima entrega les contaré de la primera textualidad que hube de encontrar, esa ubicada por casualidad, y que me dejó casi patitieso.
Y después apuraré rápido muchas otras, todas las que vuelva a rastrear en las 1200 páginas de análisis en esos dos libros que aún siguen sin publicar: muchas de las cuales ya he olvidado. El objetivo no era investigar en la influencia de Nietzsche sobre el joven Neruda, y de Zaratustra como obra literaria en Residencia en la tierra. Pero aquello es tan enorme, tan persistente, tan casi rastreable en la superficie, que merecería un libro propio:
Se podría llamar: <Nietzsche, el con olor a membrillo>.
Es a partir de Nietzsche y de ese libro “Así habló Zaratustra” que los fundamentos estéticos de Residencia en la tierra se construyen en general y en detalles; y es desde el Zaratustra como obra literaria, que lo es: Al joven Neruda lo entusiasmó poco eso del superhombre, pero ese libro le dio además un plan de vida, pues le explicó su vida pasada como poeta. Y le mostró que un poeta es un ser que se enmascara en sus hablantes.
Bueno, ya lo dije. Analista literario interesado en “Residencia en la tierra”: comience a leer en detalle “Así habló Zaratustra”, y lea también verso por verso, palabra por palabra “Residencia en la tierra”, y en orden, o no profundizarán nada, o casi nada. Análisis de un verso aquí, dos palabras allá, algo de filosofía y estética no apropian “Residencia en la tierra” por la enorme cantidad de intratextualidades, muchas de ellas de contenidos formados, que existen en el interior de ese libro. De ese modo no se lee lo que allí hay, sino lo que hay en la cabeza del analista.
fernando reyes franzani
08-julio-2011
Muchas gracias por la dedicatoria Fernando, todo un honor para mí...me has dejado sin palabras. Abrazos!
ResponderEliminarSolo agradecer la entrega e información Francisco, muy interesante
ResponderEliminarun afectuoso saludo