viernes, 30 de septiembre de 2011

“como abejas muertas o números,”. Tercera estrofa de ‘Galope muerto’, tercer verso. por fernando reyes franzani





Análisis de “como abejas muertas o números,”. Tercer verso de tercera estrofa de ‘Galope muerto’ de Pablo Neruda.




El verso más críptico de ‘Galope muerto’: “como abejas muertas o números”.





Análisis del verso “como abejas muertas o números”, por Fernando Reyes Franzani.


Esta entrada se la prometió cuando se presentó el análisis de la tercera estrofa de ‘Galope muerto’. Ya ha transcurrido casi un mes y medio de esa entrada inmediata anterior en el blog. La demora se debe a razones externas… algo estuvo desarrollándose en mi país, y lo sigue estando, pero ya no con esa misma urgencia, que desvió mi atención hacia esos hechos y me dejó sin tiempo disponible.





Neruda y el hablante en ‘Galope muerto’.


(La resolución de un problema de lógica poética).

 Las interrelaciones entre Neruda, y el hablante residenciario:



El problema a resolver, presentado, de modo lineal en dos versos es el siguiente:

La respuesta conocida del joven Neruda:



entonces,     como            aleteo                   inmenso , encima,
o                  como     abejas muertas   o       números,


Lo mismo presentado como incógnitas aún no resueltas:

entonces,     como            aleteo                   inmenso , encima,
o                  como                ?             o             ?               ?



El primer verso es la respuesta que recibe el hablante cuando deteniéndose en lo inmóvil, percibe:

y entonces recibe la respuesta, o más bien el símbolo de la respuesta:
“como aleteo inmenso, encima,”



Este verso que contiene el símbolo recibido en respuesta es tanto una intratextualidad, como una intertextualidad. Es lo primero por cuanto es una reconfiguración del sonido luminoso ya tan largo que ha venido desarrollándose en las dos primeras estrofas; por supuesto que hubo que ser un poeta con las capacidades del joven Neruda, para hacerlo de modo magistral: reconfigura y vuelve a presentar, el sonido de:

“o como se oyen desde el alto de los caminos
cruzar las campanadas en cruz,
teniendo ese sonido ya aparte del metal,”

pero ya no como sonido oído, sino como símbolo recibido en respuesta a la escucha: “aleteo inmenso, encima,”; aleteo porque es sonoro, y encima, porque viene del espacio de lo sagrado; aquello que solo se percibe en la escucha de los santos.

Y como se detuvo en lo “inmóvil” ese aleteo inmenso encima, sonoro, contiene igualmente esos “cuernos que quieren sonar” o más bien lo simbolizado por ellos y su querer sonar.

Pero es un sonido callado… no explicitado, no es como el sonido de ese aleteo inmenso encima, es simplemente como aleteo inmenso, encima, por eso que necesita de ser callado, por alrededor, tan mudo como las lilas alrededor del convento; y por tanto como inmóvil aleteo, incorpora en lo visual, lo luminoso, o no lo vemos, o no está encima, en lo sagrado, y por supuesto que es un sonido luminoso inmenso muy aparte del metal. Y como es mudo: es obvio que el hablante no lo podrá interpretar, no lo podrá abarcar.

No sólo ‘Galope muerto’, sino toda la “Residencia en la tierra 1” está poblada de intratextualidades, que si no se las descubre se mal entiende lo que dicen los textos. De allí la ineludible exigencia de un análisis textual previo, palabra por palabra, verso por verso, antes de aventurarse en conclusiones generalizadoras de los poemas individuales y aún menos del conjunto de la obra.

Vemos como el joven Neruda, está desarrollando en imágenes extraordinarias en lo poético, de un modo marcadamente racional y lógico su poema. Nada de delirios, nada de imágenes en palabras al azar, nada de oniricismos: nada de lo propiamente surrealista.

Y la intertextualidad, viene, ya lo saben, por entrada anterior a este mismo blog, de Nietzsche, de “Así habló Zaratustra” en su final: es parte del mismo signo que esperaba Zaratustra y recibió para sentirse autorizado a llevar a cabo su misión:

Es EL SIGNO que recibió Zaratustra en el acápite final titulado, <EL SIGNO>:

“Mas entonces ocurrió que, de repente, se sintió como rodeado por bandadas y revoloteos de innumerables pájaros.” ¡Ese fue un aleteo inmenso, encima,! y el joven Neruda, intertextualizó: “como aleteo inmenso, encima”…

Y poco más adelante somos informados en el texto del Zaratustra que esos pájaros son ¡PALOMAS! y que ya Zaratustra se había dado cuenta que eran parte del signo: “¡<El signo llega!> se dijo Zaratustra”…

[Hay una quinta interpretación posible de TODO ‘Galope muerto’ como una intertextualidad del “Así habló Zaratustra”]: el libro fundamental y más poético del con olor a membrillos. Que debiera desarrollarse en texto aparte].

[Vuelvo a decirlo, los analistas de Residencia en la tierra 1, harían muy bien en leer en detalle el “Así habló Zaratustra”… pero deben, al igual, darse el trabajo de un análisis textual, párrafo por párrafo, y no una de esas miradas a vuelo de pájaro a las cuales nos tienen mal acostumbrados].

¿Por qué el joven Neruda no se detuvo simplemente allí, en ese verso ya genial, y agregó a este ese otro de “como abejas muertas o números”?

Porque la estancia tercera bien pudo malamente haber sido, en su parte inicial:

“Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
entonces, como aleteo inmenso, encima,
ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,...”

Y estoy absolutamente seguro que ningún “analista” hubiera echado de menos la ausencia de una línea versal allí necesaria!

(El poema no sigue una espacialización, ni es con estructura de rima, impuestas por la tradición, y por tanto no existe ninguna exigencia externa para el verso faltante. Y para los que han considerado a ‘Galope muerto’ como un poema sin forma y surrealista, ese verso bien pudiera ser dejado de lado, o simplemente entenderlo como un oniricismo delírico adicional a los muchos que han creído encontrar).

El verso adicional fue una exigencia ineludible que el propio Neruda se dio al titular el poema, ‘GALOPE MUERTO’.

Toda la construcción del poema sigue esa exigencia de desarrollo en oposiciones entre <lo galope>, (lo activo, lo dinámico, lo vivo, lo leído) y <lo muerto>, (lo pasivo, lo estático, lo muerto, lo no leído). Y también: lo humano social, lo natural; lo sagrado, lo profano. Y esta es una exigencia no simplemente al interior de algunas imágenes, sino una exigencia paralelística entre líneas versales, y entre partes de estrofas: así lo desarrolló el joven Neruda. (Esto va mucho más allá de lo que percibió y explicitó: en “Estructuras antitéticas en <Galope Muerto> de Pablo Neruda”: John M. Bennett, (Ohio State University), Revista Hispánica Moderna. Columbia University Hispanic Studies XXXVIII 1974-1975 N°3, pág. 103-114. Pero bueno es rendir homenaje a su análisis serio y de detalle, desafortunadamente influido en otras materias por el análisis canónico imperante).

El verso: “como aleteo inmenso, encima” está plena y exclusivamente del lado de <lo galope>. Faltaba su opuesto del lado de <lo muerto>, para que el conjunto de esos dos versos se rigiera por la oposición implícita en GALOPE MUERTO.

Encontrar, producir ese verso fue resolver un problema de lógica poética residenciaria, nerudiana:

entonces,     como            aleteo                   inmenso , encima,
o                  como                 ?             o            ?               ?

Debe haber no sólo una oposición entre los dos versos, sino además, una oposición término a término, entre sus componentes.

Arriba lo galope, lo dinámico en la naturaleza (lo originario), lo inconmensurable (lo humano derivado) y lo sagrado.

Abajo debe estar lo muerto, lo inerte en la naturaleza, lo humano que no pueda conmensurar, y lo terreno (opuesto a lo sagrado, abajo).

Esas son las condiciones del problema que el joven Neruda se debe haber planteado y resolvió.

Nota: el planteamiento del problema y su respuesta no logré atraparlo hasta que no formé la tabla que presentaré a continuación:

Supongamos que Neruda no ha resuelto ya los versos, pero su mente funciona casi como si espontáneamente contuviera la estructura lógica formante que se muestra abajo, donde el problema es resolver los momentos (1)?, (2)?, y, (3)?:











La imaginación poética estructurante y estructuradora.


Neruda se plantea y resuelve el problema del verso más críptico.



Los operadores
Del lado de la naturaleza
Del lado de lo lógico
Del lado de lo Humano simbólico
En el espacio de lo sagrado


Conversando con el lector
entonces,






Del lado de lo Galope, el resultado de la escucha, el signo
como
aleteo

inmenso,
encima, /


Del lado de lo Muerto, el signo
como
(1)?
o
(2)?
(3)? /


Conversando con el lector
ay,






Galope



lo que mi corazón



Muerto



pálido
no puede abarcar, /


























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Si Neruda resolviera con una asociación libre, u otra onírica: sepa qué habría dicho el hablante lírico; pero con 100% de certeza destruye la totalidad del poema y la vuelve surrealista.

Su imaginación poética, formante de contenido, sabe las restricciones de cada momento:

(1)? en contenido debe estar en el plano de la naturaleza, (no de lo humano), y en el plano activo de la forma estructurante debe venir del lado de lo muerto.

2)? en contenido debe estar en el plano de lo humano estricto, y en el plano de la forma estructurante activa reside del lado de lo muerto.

(3)? su contenido se sitúa en el plano de lo sagrado, y por su forma debe radicar en el plano de lo muerto.

Si se respetan esas condiciones, el verso resultante será como si fuera la respuesta de un problema lógico poético estructural. (No es algo muy distinto de cómo investigan los físicos, que imaginan de modo físico geométrico, pero estructuran en matemáticas. El poeta siente-percibe-interpreta con su imaginación sensorial simbólica pero estructura en palabras, es decir, sintetiza en palabras).

Tal vez lo más sencillo, si eso fuera posible, es resolver (3)?. Lo opuesto a “encima” en el espacio de lo sagrado, es directamente “abajo”, pero su traducción, o formación según las exigencias de forma, es lo muerto, lo inmóvil, o mejor aún, lo vacío. Entonces el casillero (3)? que está abajo queda vacío, y hasta la palabra vacío debe desaparecerse. En conclusión, en (3)?, no se pone nada. (O se quita lo que se hubiera escrito de modo tentativo).

Resolver (2)?, tampoco, para alguien como Neruda, es demasiado difícil, pero harto complicado. Está en el cruce de lo humano simbólico, y muerto según la forma; y se opone a “inmenso”. Lo “inmenso” es algo que no se puede abarcar, no se puede medir, no se lo puede correlacionar, salvo por algo simbólico humano y que no se la pueda con lo “inmenso”, ya que debe representar la oposición: surge casi de modo exclusivo, auto impuesto, LOS NÚMEROS, construcciones lógicas humanas, (o descubrimientos, qué importa), que parecieran, y tienen, vida racional propia; y no se la pueden con lo inmenso. Sí se la pueden con lo infinito. Por eso el aleteo no es “aleteo infinito”, es “aleteo inmenso”. El verso colapsa a “como (1)? o números”. Porque los números referidos como palabra no son números, o mejor, son números muertos. (Con la palabra número no se puede hacer nada en matemáticas: esa palabra no es un número).

O mejor, el verso dice algo así como “como <algo de la naturaleza, que no sea humano, que tenga conciencia y lenguaje, y por tanto pueda morir, y esté muerto> o números”.

Ay, tiene demasiadas condiciones de forma y contenido a ser resueltas de una sola aventada y tengan solución única. Y ¿hay solución? Como se opone a “aleto”, lo rápido, debe ser lo “inmóvil” “lo muerto”, por tanto debe ser algo muerto.

El verso se restringe a “como <algo de la naturaleza que tenga lenguaje> muerto o números”. Y se fija la palabra “muerto” como adjetivo, que se la hará concordar con el sustantivo faltante, y se descarta que tenga “conciencia” a la vez que lenguaje, puesto que en tal caso, no hay solución. Y se llega de modo forzado a “abeja”, para alguien que una vez dijo que le gustaría dedicarse a la apicultura. Ah, pero debe ser en plural, de acuerdo a las exigencias de sonido.

Y se llega al verso más críptico: “Como abejas muertas o números”. Que a un desprevenido se le aparecerá casi necesariamente como una asociación libre, onírica en torno a la muerte, lo estático, lo simbólico, lo inmedible o tal vez lo medible, y cualquier otra cosa así, que dependerá de su propia imaginación estimulada.

Veamos la tabla resuelta:

(Y se deja avisado, que hacia el final, se presentará otra alternativa de explicación complementaria e igualmente válida). (Ese “final” es el libro desde el cual, estoy extractando… no sé si lo presentaré aquí. Probablemente no, ya que escapa al tema de este artículo).


Tabla resuelta de las abejas muertas o números.










La imaginación poética estructurante y estructuradora.


Neruda y el verso más críptico en "Galope Muerto".



Los operadores
Del lado de la naturaleza
Del lado de lo lógico
Del lado de lo Humano simbólico
En el espacio de lo sagrado


Conversando con el lector
entonces,






Del lado de lo Galope, el resultado de la escucha, el signo
como
aleteo

inmenso,
encima, /


Del lado de lo Muerto, el signo
como
abejas muertas
o
números, /



Conversando con el lector
ay,






Galope



lo que mi corazón



Muerto



pálido
no puede abarcar, /

























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[Estuve como un mes tratando de entender los por qué del verso, para lo cual usaba paréntesis y la lógica de los “y”, “o”, “si” “entonces”; al modo de “si, ((a y b) o c) y d; >> x”; y avancé bastante, por callejones para mí, sin salida, hasta que recordé las tablas lógicas que había usado en Londres, programando en RPL: “Rapid Programing Language”, que permite largos nombres en las variables y que son especies de matrices donde bajan por los tubos de las columnas y se seleccionan por los cedazos de las filas, y salen por algunos de los tubos y pueden ser enviados a otras tablas. (Y las tablas se acumulan como en sub rutinas aparte que son llamadas desde donde se quiera, y, lo principal, si después de un tiempo se vuelve a ellas, o la lógica debe ser corregida, entonces es sencillo entender y corregir la lógica). (Traten de hacer lo mismo en Basic, o Fortram, o Pascal, o Cobol, y ya verán el lío; al menos para uno como yo que tiene memoria de pollo)].

En definitiva, recordé las matrices, y lo fácil que es en “Excel” construir cuadros de doble entrada, y se fijó el análisis de modo que jamás me pareció posible antes de recordar la experiencia con el RPL.

Probablemente así lo hizo Neruda, obvio que sin estos cuadros de doble entrada: por algo que era poeta de genio, y dejó al hablante de ‘Galope muerto’ además refiriendo a lo esotérico, la numerología, el simbolismo de los números, esas otras interpretaciones de vida al margen de las religiones; y hasta le debe haber gustado que así fuera. Pero haber ido desde este contenido disperso último a los contenidos formados es algo dudoso. Y además, no hay ninguna seguridad de cómo es que Pablo Neruda llegó a esos versos magistrales. Pero ahí están, y es como si así lo hubiera hecho. (Una hipótesis plausible).

Y nos legó al hablante residenciario de ‘Galope muerto’, refiriendo al vacío de la muerte por medio de un silencio. (Haber dejado sin explicitar verbos en otros lados, referir lo calificado por su calificante, y otros juegos así, le debe haber parecido para nada exigente en su lectura. Referir la nada por medio de la nada, y jamás decirlo, requiere un inmenso temple de espíritu). (Sí, sigue a Nietzsche en “Humano, demasiado humano” y la necesidad de dejar las cosas incompletas, para que no se debiliten).

Nota: construir esas tablas me ayudó muchísimo a analizar la mayoría de los poemas de “Residencia en la tierra 1”. Si no las llego a visualizar como necesarias, de seguro que me hubiera dado por vencido. Ahora, para hablar de estos poemas, ya no son necesarias… pero antes de “saber” fueron ineludibles, como manera de fijar los razonamientos previos, testear si iban o no por buen camino, y continuar hacia las conclusiones adecuadas. (A veces no se tiene ni la cabeza, ni la memoria, para seguir razonamientos complejos en el aire… y son imprescindibles cuando el análisis es textual palabra por palabra, verso por verso).

En otro de estos artículos, como avisado, se expandirá el verso más críptico hacia otra sutileza que también debió estar en la mente del autor, el joven Neruda, cuando resolvió la oposición de versos para representar el signo recibido en la escucha.

Porque lo que finalmente el hablante recibió como signo en la escucha es el par de versos opuestos, y no solamente el primero de ellos.
Téngase en mente que la estructura antitética que rige el desarrollo completo de 'Galope muerto', y proveniente de ese título: galope-muerto, en esta parte del poema se desarrolló, por el joven Neruda, en dos líneas versales, la analizada, y el verso al cual se opone ; en cambio en otras partes del poema está contenida al interior de una expresión muchísimo más simple: en apenas una parte de un verso: por ejemplo: en "Como cenizas," enunciado que es en sí una estructura, una relación antitética, pues, "cenizas" es tanto el principio originario, lo vivo en potencia, y por tanto refiere lo galope, como, simultáneamente, el resultado de un  proceso de destrucción, es decir, refiere lo muerto: "cenizas" contiene en sí tanto lo galope como lo muerto.

Por esa razón es que Galope muerto es <como cenizas>; y es <como un aleteo inmenso, encima, o como abejas muertas o números>. En otras partes será como la oposición de otros elementos-relaciones, pero en lo formal, todas son expresiones equivalentes.

Si se tiene la observación en mente como principio de análisis rector del poema, el desentrañamiento de qué dice de modo intencional en su esencia 'Galope muerto' se hace fácil, a pesar de su apariencia onírica, surrealista, delírica o de asociaciones libres y sin forma. Por supuesto que esa forma externa no exime de cuidados... de por ejemplo: elegir arbitrariamente palabras, unirlas, y decidir un resultado que está en la mente del analista, y no en lo dicho por el poema.

¿Y para qué hacer todos estos análisis? Si es posible gozar de la lectura de 'Galope muerto' sin darse estas ocupaciones? Dos cosas: el saber no ocupa lugar... y mientras más se sabe, mientras más se conoce, más se ama lo amado. Y: Es cierto que se lo puede gozar como si escucháramos el doble concierto de Bach, sin saber mucho de música... pero es más plena la apreciación y el deleite para quien sabe más que para quien sabe menos. Y mejor apreciar algo por sus verdaderas cualidades que por las que le hemos supuesto y resultan no valeras. (Esto último en la vida: conduce a muchas frustraciones, y en poesía, a una incapacidad de emulación creadora, que se reemplaza por una imitación servil).
 
 
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En esta entrada, se ha mostrado el significado al interior de ‘Galope muerto’ de la línea versal “como abejas muertas o números,”, y el por qué ella está allí presente espacializada inmediato debajo de “entonces, como aleteo inmenso, encima”; además, por qué es una sola línea versal, en esa posición; y también, se ha sostenido que el signo recibido de la escucha está contenido en esos dos versos, como pares opuestos según la exigencia contenida en el título.

Se ha insistido, y creo ya profusamente probado que ‘Galope muerto’ no es un poema sin forma, ni onírico, ni surrealista, ni delírico. Por el contrario es un poema simbólico construido bajo una estricta exigencia de forma; y presentado simultáneamente como un texto de apariencia desmadejada.

Se ha mostrado otra de las intertextualidades del poema para con “Así habló Zaratustra”, y se explicitó en detalle cómo Neruda en este poema usa profusamente las intratextualidades.

A la pasada, se ha insistido en la importancia de los análisis de detalle textual para la correcta aproximación a ‘Residencia en la tierra’ y a su poema rector, ‘Galope muerto’.



Fernando Reyes Franzani
Santiago de Chile, 30 de septiembre de 2011



"como abejas muertas



o números,"


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