GALOPE MUERTO de Pablo Neruda: ¿Contiene un dios muerto en su interior?
Ningún analista literario, académico o aficionado, ha afirmado nunca, que yo sepa, que al interior del poema Galope Muerto, poema fundamental de elucidar primero para el adecuado entendimiento de Residencia en la Tierra, radique, viva, o aceche, un dios muerto, real o simbólico.
Es una pena que aquello sea así. Si se pudiera señalar ya un analista que lo hubiera afirmado, es que ese dios muerto ya se encontraría descubierto merodeando allí. Eso significaría, entre otras cosas, que el análisis de este poema y de la misma obra que lo contiene, Residencia en la tierra, estarían mucho más avanzados de lo que muestra el estado presente de los resultados obtenidos en 70 años.
En FaceBook mostré esa posibilidad: la existencia de ese dios muerto en el poema de Pablo Neruda, aquel poema que él mismo refirió como lo más serio y perfecto que había hecho en su vida hasta el momento de la carta a Eandi que contiene esa afirmación.
El principal problema con el estado deficiente del análisis de Galope Muerto y Residencia en la tierra al presente, radica en el hecho lamentable de que los análisis de base, los análisis de detalle, aquellos verso por verso, estrofa por estrofa, esos análisis nunca se han realizado de modo profesional y acucioso.
Haciendo el análisis de detalle de Galope Muerto fue que descubrí a ese dios muerto sonriendo al interior del poema. Sin duda que el Joven Neruda allí lo puso para su secreta diversión. Una broma literaria a los analistas. Pero una enormemente decidora y llena de resonancias.
Galope Muerto fue publicado por primera vez en 1926. Para ese año los preciosismos de la escuela modernista con sus cisnes blancos, sus sonetos, sus exquisitas versificaciones métrica y rimas ya eran cosa del pasado lejano. Al soneto cisne ya se le había torcido el cuello: ya era un dios muerto.
Como todo dios, resucitaría más adelante: pero aquello no nos interesa.
En este artículo, extraído desde el libro “Análisis, comentario y estructura de Galope Muerto de Pablo Neruda”, (libro ya terminado hace 2 años, que no he podido publicar), se mostrará cómo, que operaciones se deben hacer, al echar la lienza en el poema, se obtiene ese dios muerto. Se verá entonces que esos “mares poblándose” se poblaron además de esta broma literaria del joven Neruda: un pez-dios muerto, que entre otras cosas muestra que Galope Muerto es un océano hasta ahora muy mal explotado.
Dispondremos aquí de ese mar para realizar la operación de pesca.
El poema:
GALOPE MUERTO
Como cenizas, como mares poblándose,
en la sumergida lentitud, en lo informe,o como se oyen desde el alto de los caminos
cruzar las campanadas en cruz,
teniendo ese sonido ya aparte del metal,
confuso, pesando, haciéndose polvo
en el mismo molino de las formas demasiado lejos,
o recordadas o no vistas,
y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra
se pudren en el tiempo, infinitamente verdes.
Aquello todo tan rápido, tan viviente,
inmóvil sin embargo, como la polea loca en sí misma,esas ruedas de los motores, en fin.
Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol,
callado, por alrededor, de tal modo,
mezclando todos los limbos sus colas.
Es que de dónde, por dónde, en qué orilla?
El rodeo constante, incierto, tan mudo,
como las lilas alrededor del convento,
o la llegada de la muerte a la lengua del buey
que cae a tumbos, guardabajo, y cuyos cuernos quieren sonar.
Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
entonces, como aleteo inmenso, encima,como abejas muertas o números,
ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,
y esfuerzos humanos, tormentas,
acciones negras descubiertas de repente
como hielos, desorden vasto,
oceánico, para mí que entro cantando
como con una espada entre indefensos.
Ahora bien, de qué está hecho ese surgir de palomas
que hay entre la noche y el tiempo, como una barranca húmeda?Ese sonido ya tan largo
que cae listando de piedras los caminos,
más bien, cuando sólo una hora
crece de improviso, extendiéndose sin tregua.
Adentro del anillo del verano
una vez los grandes zapallos escuchan,estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
de lo lleno, obscuros de pesadas gotas.
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LA PESCA MILAGROSA:
Primera operación: preparar los aparejos.
Esto se realiza eliminando todos los versos que no contengan gerundios: esos que, varios, desagradaron a Amado Alonso.
Primero márquense en negrilla todos los gerundios:
Como cenizas, como mares poblándose,
en la sumergida lentitud, en lo informe,
o como se oyen desde el alto de los caminos
cruzar las campanadas en cruz,
teniendo ese sonido ya aparte del metal,
confuso, pesando, haciéndose polvo
en el mismo molino de las formas demasiado lejos,
o recordadas o no vistas,
y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra
se pudren en el tiempo, infinitamente verdes.
Aquello todo tan rápido, tan viviente,
inmóvil sin embargo, como la polea loca en sí misma,
esas ruedas de los motores, en fin.
en la sumergida lentitud, en lo informe,
o como se oyen desde el alto de los caminos
cruzar las campanadas en cruz,
teniendo ese sonido ya aparte del metal,
confuso, pesando, haciéndose polvo
en el mismo molino de las formas demasiado lejos,
o recordadas o no vistas,
y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra
se pudren en el tiempo, infinitamente verdes.
Aquello todo tan rápido, tan viviente,
inmóvil sin embargo, como la polea loca en sí misma,
esas ruedas de los motores, en fin.
Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol,
callado, por alrededor, de tal modo,
mezclando todos los limbos sus colas.
Es que de dónde, por dónde, en qué orilla?
El rodeo constante, incierto, tan mudo,
como las lilas alrededor del convento,
o la llegada de la muerte a la lengua del buey
que cae a tumbos, guardabajo, y cuyos cuernos quieren sonar.
Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
entonces, como aleteo inmenso, encima,
como abejas muertas o números,
ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,
y esfuerzos humanos, tormentas,
acciones negras descubiertas de repente
como hielos, desorden vasto,
oceánico, para mí que entro cantando
como con una espada entre indefensos.
Ahora bien, de qué está hecho ese surgir de palomas
que hay entre la noche y el tiempo, como una barranca húmeda?
Ese sonido ya tan largo
que cae listando de piedras los caminos,
más bien, cuando sólo una hora
crece de improviso, extendiéndose sin tregua.
Adentro del anillo del verano
una vez los grandes zapallos escuchan,
estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
de lo lleno, obscuros de pesadas gotas.
callado, por alrededor, de tal modo,
mezclando todos los limbos sus colas.
Es que de dónde, por dónde, en qué orilla?
El rodeo constante, incierto, tan mudo,
como las lilas alrededor del convento,
o la llegada de la muerte a la lengua del buey
que cae a tumbos, guardabajo, y cuyos cuernos quieren sonar.
Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
entonces, como aleteo inmenso, encima,
como abejas muertas o números,
ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,
y esfuerzos humanos, tormentas,
acciones negras descubiertas de repente
como hielos, desorden vasto,
oceánico, para mí que entro cantando
como con una espada entre indefensos.
Ahora bien, de qué está hecho ese surgir de palomas
que hay entre la noche y el tiempo, como una barranca húmeda?
Ese sonido ya tan largo
que cae listando de piedras los caminos,
más bien, cuando sólo una hora
crece de improviso, extendiéndose sin tregua.
Adentro del anillo del verano
una vez los grandes zapallos escuchan,
estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
de lo lleno, obscuros de pesadas gotas.
De paso observen cómo esos gerundios, tan vapuleados, contribuyen de modo significativo a la sinfonía de fondo armoniosa de las sonoridades del poema, ya sea con las campanadas, del <como como> de <como cenizas, como mares poblándose>, o los sonidos silbantes del anillo del verano en las i y las eses de esos gerundios.
Pero no es ese nuestro objetivo ahora. Así que echemos las redes y extráiganse sólo los versos que contienen los gerundios, todos, marcados en negrilla.
Como cenizas, como mares poblándose,
teniendo ese sonido ya aparte del metal,
confuso, pesando, haciéndose polvo
y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra
Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol,
mezclando todos los limbos sus colas.
Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,
oceánico, para mí que entro cantando
que cae listando de piedras los caminos,
crece de improviso, extendiéndose sin tregua.
estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
Allí tienen los gerundios denostados.teniendo ese sonido ya aparte del metal,
confuso, pesando, haciéndose polvo
y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra
Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol,
mezclando todos los limbos sus colas.
Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,
oceánico, para mí que entro cantando
que cae listando de piedras los caminos,
crece de improviso, extendiéndose sin tregua.
estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
Pescar un dios muerto es laborioso: Ahora se deben eliminar todas las palabras que no sean las focalizadas en esta pesca milagrosa:
poblándose
teniendo
pesando haciéndose
rodandoteniendo
pesando haciéndose
Existiendo
mezclando
deteniéndose
saliendo
cantando
listando
extendiéndose
estirando
solicitándose
Distribúyanse en el orden en que están, en líneas individuales, y pódense todos los reflexivos, y elimínense la tildes ya innecesarias:
poblando
teniendopesando
haciendo
rodando
existiendo
mezclando
deteniendo
saliendo
cantando
listando
extendiendo
estirando
solicitando
poblando
teniendopesando
haciendo
rodando
existiendomezclando
deteniendo
saliendo
cantandolistando
extendiendo
estirandosolicitando
Allí tienen un soneto muerto: un dios muerto pescado desde el océano que es Galope Muerto.
Dos cuartetos dos tercetos en ABAB ABAB BAA BAA.
Pero sólo son las palabras ocultas de la rima. UN SONETO MUERTO.
Todos los gerundios contenidos en Galope Muerto, ni uno más ni uno menos: Catorce gerundios; y en el orden en que aparecen en el poema, forman esa estructura de rima en dos cuartetos y dos tercetos. Eso no pudo ocurrir por casualidad.
No debiera pasar desapercibido, a un lector o analista atento, que allí además se encuentra un homenaje implícito y sutil, realizado por el joven Neruda para toda la historia posterior, a Don Alonso de Ercilla y Zúñiga.
¿Hay algo más?
Sí, pero, por ahora, lo guardaremos para la próxima entrega.
Nota: Galope Muerto está rebosante de sorpresas como ésta.
Fernando Reyes Franzani.
25-Diciembre-2010
Genial, Fernando ! definitivamente genial...además forma parte de la obra Nerudiana...en mi época de juventud frecuenté mucho a miembros del Club de la Bota, aún conservo esa preciosa amistad con Sara...pero recuerdo que Carlos Leon, escritor porteño de genio, nos dijo un dia que Pablo muchas veces re escribia un poema debido a que la primera "versión" le salia cómica o lo hacia reir...y que luego modificaba el texto...o introducia signos secretos en un poema que quedarian como claves para el futuro...de los arqueólogos...y hablo del Club de la Bota ya que alli introdujo muchas de sus claves secretas y de su inmenso humor...de modo que no me extraña que toda su eufonia de músico de palabras las haya armado con gerundios...Fernando, te has embarcado en una inconmensurable tarea...forma un grupo de trabajo y saca una brochure o revista...impriman esto...no tiene que perderse...Chapeau!! como dicen los franchutes...
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